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MOMENTO DE AMOR CON AUTORIZACIÓN DE REDES SOCIALES

MOMENTO DE AMOR CON AUTORIZACIÓN DE REDES SOCIALES

Por: Melvin Pérez Bautista

Día cualquiera. No importa el momento. Estoy desde el rincón más solitario del parque de una ciudad, escribiendo, y mientras lo hago, también disfruto destruir mis pulmones y dientes con un exquisito cigarro, de esos para hombres, dijera mi mejor amigo, Joiari. Pero eso no es lo interesante. Al estar aquí, solo y en paz, veo a muchas parejas de diferentes edades, que se demuestran la cantidad de amor que creen merecer. Unas están cenando en los locales de aquí cerca, otras en algún otro asiento dándose besos y caricias. Una que otra, ya de tantos besos, hasta se tocan sin importar quién los observa, sólo disfrutan la presencia de su acompañante, y en verdad es notoria la felicidad que desborda de sus cuerpos al hacer lo que hacen. Pero esto tampoco es muy importante, ¿Quieres saber qué sí lo es?… Lo diré, pero antes, me presento. Soy Melvin Pérez, un chico que, a través de estas palabras, expresa lo que piensa y cree, y aunque tal vez no me conoces, quería platicarte de este tema, que me pareció un poco bueno.

Debo señalar que, en el parque en el que estaba (Porque ya estoy en mi casita), no exclusivamente había parejas ‘fajando’, también había familias; algunos niños jugando y adolescentes fumando, al igual que yo ¡Claro que sí!, pero hubo algo que les quitaba lo divertido a lo que hacían. Era horrible, era una mierda.

A pesar de que no fue mucho el tiempo que estuve ahí, las dos horas que me quedé, bastaron para darme cuenta que esa maldita tecnología que en ocasiones nos ayuda demasiado en cualquier ámbito, también nos está quitando nuestra felicidad, nuestros mejores momentos.

Un día mi novia me dijo algo muy importante. “Los momentos, esos que verdaderamente disfrutas, es mejor guardarlos en el corazón y en la mente, no en el celular”, y al notar mi entorno momentáneo, lo recordé y me pregunté: ¿Qué demonios nos está pasando?

Eso de las parejas que les pinté muy bonito al principio, debido a que disfrutaban del momento, era precisamente porque ¡NO TENÍAN UN TELÉFONO EN LA MANO!, no estaban publicando en Facebook lo que hacían, no esperaban cientos de “likes” de personas que a veces ni conoces. Imaginen que están en mi lugar, y que de tanta gente que había allí, sólo ves con colores iluminados a esas parejas y familias que pasaban el rato felizmente, en lo que evidentemente es un parque de diversiones, mientras que los demás, con teléfono en mano y/o dispositivos parecidos, las pintas, pero en tonos grises… literalmente las borras de tu vista porque te da tristeza y te pone a pensar que en a veces o siempre, también lo haces. Es ahí donde te das cuenta que estamos mal. Que estamos pendejos.

Pocos minutos después de checar mi página de Facebook, que utilizo para trabajar, noté que en mi inicio había fotos publicadas en el momento en el que yo estaba en aquel parque, y una era de una amiga que estaba con su novio comiendo un esquite, y la verdad, ahí fui de chismoso, me dio curiosidad, entonces le pregunté a su novio si había disfrutado el rato con mi amiga y respondió que lo normal. Yo lo felicité porque él cumplió con invitarla a salir. Poco después confesó que ella estuvo como media hora tomándose fotos que publicó en el momento, y que al notar la imagen llevaba pocas reacciones, dijo que mejor la iba a borrar para subir una donde solamente apareciera ella. Esta sí tuvo muchos “Me gusta”. Él no dijo nada y lo dejó así.

Por otra parte, relaciones discuten y se demuestran mucho coraje únicamente por comentarios y/o reacciones a fotos de “amigos” agregados en la mejor red social (Facebook), en algunos casos, por algo como esto, han terminado su noviazgo, olvidándose de lo hermoso y divertido fue haberla pasado en días de cine, visita con sus padres y salidas a algún bonito lugar o cocinar juntos, etc.

En extrañas ocasiones, adolescentes y uno que otro adulto, presumen a sus parejas, durante su primera cita, pero de una manera extraña. Publican, en el preciso momento en el que están con él o ella, una de las 15 o 20 fotografías que se tomó para salir bien y que no se note ninguna imperfección, para recibir la “autorización” de reacciones, es decir, ¿A quién chingados le interesa con quién y a donde sales? Porque a tus contactos no. Amigos, mil likes no te darán un ramo de flores para hacerte sentir bien, 2 mil likes no te ayudarán cuando te sientas solo, 3 mil likes no darán un beso como lo hace la persona que te gusta.

Sé que muchos de mis amigos estarán de acuerdo conmigo, otros hasta me dirán que, si no me gusta, para qué los tengo agregados o para qué utilizo Facebook, sin embargo, únicamente quería platicarles esto. Me despido. Y gracias por los likes, no saben cuánto los necesito para ser feliz. Feliz día, no olviden abrazar y beber agua.

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